La eliminación de la histórica barrera sanitaria que protegía a la Patagonia de enfermedades como la fiebre aftosa generó una fuerte reacción entre los productores ovinos de Santa Cruz. El epicentro del conflicto gira en torno a un negocio de exportación de carne kosher con Israel, que podría quedar en jaque si no se revierte la medida tomada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) mediante la Resolución 460/2025. Lejos de dirigir sus críticas al organismo sanitario, los productores eligieron enviar un mensaje directo al presidente Javier Milei. En palabras de Enrique Jamieson, presidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz, la decisión amenaza con arrastrar a la ganadería patagónica a una nueva crisis: “Esta medida va a afectar mercados como el de Israel, a quien le destinamos unas 500 toneladas de carne de cordero kosher. Eso genera unas 600 toneladas de cortes traseros, que debemos colocar en otros mercados. ¿Dónde los colocamos ahora?” La producción proyectada para este año preveía alcanzar las 1.000 toneladas de carne kosher, sustentada por inversiones en dos plantas frigoríficas especializadas. Pero esa integración productiva requiere de mercados secundarios sólidos que absorban el resto de los cortes. Según Jamieson, la pérdida de socios como Chile —que ya anunció el cierre de sus importaciones desde la Patagonia por esta resolución— y el temor de que Europa tome el mismo camino, ponen en jaque toda la cadena. “Israel se lleva el 45% del animal. Nosotros tenemos que encontrarle otro destino al 55% restante. Sin eso, el negocio no cierra”, explicó el dirigente, quien también advirtió sobre la falta de precisión técnica en la resolución del Senasa. “No se aclaró si también se habilita el ingreso de cerdos, ovinos o bubalinos del norte. Son especies susceptibles a la fiebre aftosa y, en el caso del cerdo, transmisores muy eficientes. Esto la Unión Europea no lo sabe. ¿Estará al tanto Milei de que esto podría hacer perder mercados estratégicos?” El negocio con Israel, que actualmente genera ingresos estimados en 8 millones de dólares anuales, podría quedar desactivado si no se logra reencauzar la política sanitaria. Además del impacto económico directo, preocupa la afectación a relaciones diplomáticas con socios clave como la Unión Europea, Chile y Estados Unidos, que ya se habían expresado en contra de una decisión similar en marzo, cuando la OMSA emitió una recomendación al respecto. “Chile ya decidió cerrar sus puertas. La Unión Europea y EE.UU. advirtieron que tienen libertad de decidir, más allá de lo que diga la OMSA. Si la Patagonia pierde su estatus sanitario, será el principio del fin para muchos productores. Esta región representa el 33% del territorio nacional, y viene trabajando desde hace décadas para mantener su sanidad. No podemos ensuciar ese esfuerzo”, agregó Jamieson. Frente al panorama, productores santacruceños presentaron un recurso de amparo para intentar frenar la medida, con la expectativa de que la Justicia ordene la restitución de la barrera sanitaria. Iniciativas similares se preparan en Chubut y Tierra del Fuego. TAPA DEL DÍA  Opinión pública: Entre referentes del sector agropecuario, ex funcionarios del Senasa y diplomáticos consultados de forma off the record, crece la preocupación por el deterioro de la confianza internacional en los protocolos sanitarios argentinos. La velocidad con la que se adoptó la resolución sin consenso técnico ni político parece dejar al país sin defensa ante auditorías externas que podrían derivar en sanciones o suspensiones comerciales. Un paso en falso con consecuencias que podrían exceder al sector ovino y manchar la imagen de la Argentina exportadora. Diario TAPA DEL DÍA